a Ana, a Elisa, a Inés, con todo mi cariño
Y es la materia la que te duele, a ti que huracán vestiste cuando la calma dormía en tus pies, cuando la antorcha era eterna nieve.
Tenías los puños crispados de cargas, espalda curva y mirada cansina, sin embargo eras brillo de nova encegueciéndolo todo.
Una morada, sólo eso, un rincón de recuerdos que hoy galopan en las sienes y gritan su ausencia de futuro. Es verdad, no hay almohada ni lecho que te contenga y, los frutos esparcidos están sembrando nuevas tierras en un ciclo que ni tú iniciaste siquiera.
¡Qué importa! Aún hay tanto que vale la pena; la candela quiere encenderse otra vez, dónde sea.
No habrá mágico remedio que aligere las penas ni tan sólo un sueño que reemplace la oquedad de ser responsable de otra vida, de ser siervo de otra gleba.
¡No podrás desprenderte de la lágrima tatuada a fuego en tu pecho!
Ahora estás sola…con tu alma a cuestas, con el enorme peso de lograr ser feliz sin culpa posible, con el martirio del venidero disfrute familiar diciéndote que está mal sentirse así…
Pero confía.
Da vuelta la página y confía.
Tal vez las hojas del libro te escriban protagonista esta vez; todo depende de ti, sólo confía.
Liliana2012
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