A Rosa Emilia Álvarez de Vanegas
Mi abuela paterna,
aquella que tiene el don de estar siempre a mi lado,
mirarme decirme que estoy en sus ojos
Mi abuela paterna,
aquella que tiene el don de estar siempre a mi lado,
mirarme decirme que estoy en sus ojos
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
esparciste tus semillas
para que yo pudiera llegar hasta aquí.
Tus brazos tejen el tiempo en verde esmeralda
para que los demás nos encontremos.
En ellos está el calor del tiempo,
el ardor del recuerdo,
vestido con fe en el mañana.
Eres la rosa más hermosa que la Lila,
que el viento y el laurel,
en tus ojos veo las raíces de un espacio
construido en cafetales, aguacates, chocolate;
las historias de tu padre se tejieron en nosotros
para hacernos inmortales,
para fabricar héroes de maíz en la mañana,
beberlos con chibcha en las noches,
para ser renovados en luna llena.
Eres la rosa la hermosa de mi jardín,
no necesitas trono,
pues cada uno de nosotros te tiene en su altar propio,
busca tus brazos,
tus guisos glorioso
para resucitar de la guerra,
vernos en tus ojos
escuchar nuestros nombres de tus labios
que tus manos toquen nuestro rostro,
es lo que deseamos.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
contigo no necesito,
curas mágicas
pues tienes el bálsamo del tiempo,
aquel que solo se da en tu casa,
específicamente en tu oasis.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
posees todos los colores,
sabes de sinsabores,
pero me atrapaste a las pocas horas de llegar a este mundo,
me hiciste devota de ti,
de tu mirar…
Mi Emiliana…
no necesitas colores,
tú los tienes todos,
te puedo hablar de un amor,
de un amor eterno,
del amanecer en la montaña,
del frio de la madrugada,
pero nada se compara,
con la hermosura y el calor de tu ser.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
aquella rosa que nunca muere,
que mi corazón reclama al sentirme lejos de casa,
aquella rosa que me enseño el valor de una oración.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
no necesito otras,
tu lo llenas todo,
ni siquiera estas letras alcanzan a describir
la gran mujer que eres.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
prefiero quedarme a tu lado y verte florecer cada mañana,
que estar lejos y perderme de tu risa colorida.
Luisa Fernanda Vanegas S.
30 de enero de 2012
Código: 1201311001475
esparciste tus semillas
para que yo pudiera llegar hasta aquí.
Tus brazos tejen el tiempo en verde esmeralda
para que los demás nos encontremos.
En ellos está el calor del tiempo,
el ardor del recuerdo,
vestido con fe en el mañana.
Eres la rosa más hermosa que la Lila,
que el viento y el laurel,
en tus ojos veo las raíces de un espacio
construido en cafetales, aguacates, chocolate;
las historias de tu padre se tejieron en nosotros
para hacernos inmortales,
para fabricar héroes de maíz en la mañana,
beberlos con chibcha en las noches,
para ser renovados en luna llena.
Eres la rosa la hermosa de mi jardín,
no necesitas trono,
pues cada uno de nosotros te tiene en su altar propio,
busca tus brazos,
tus guisos glorioso
para resucitar de la guerra,
vernos en tus ojos
escuchar nuestros nombres de tus labios
que tus manos toquen nuestro rostro,
es lo que deseamos.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
contigo no necesito,
curas mágicas
pues tienes el bálsamo del tiempo,
aquel que solo se da en tu casa,
específicamente en tu oasis.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
posees todos los colores,
sabes de sinsabores,
pero me atrapaste a las pocas horas de llegar a este mundo,
me hiciste devota de ti,
de tu mirar…
Mi Emiliana…
no necesitas colores,
tú los tienes todos,
te puedo hablar de un amor,
de un amor eterno,
del amanecer en la montaña,
del frio de la madrugada,
pero nada se compara,
con la hermosura y el calor de tu ser.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
aquella rosa que nunca muere,
que mi corazón reclama al sentirme lejos de casa,
aquella rosa que me enseño el valor de una oración.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
no necesito otras,
tu lo llenas todo,
ni siquiera estas letras alcanzan a describir
la gran mujer que eres.
Eres la rosa más hermosa de mi jardín,
prefiero quedarme a tu lado y verte florecer cada mañana,
que estar lejos y perderme de tu risa colorida.
Luisa Fernanda Vanegas S.
30 de enero de 2012
Código: 1201311001475
Fotografía de Rosa Emilia Álvarez de Vanegas tomada en Foto Baes ubicada antiguamente en Bello - Antioquia (Colombia) alrededor de 12 años.
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